martes, febrero 14, 2012

El Mengajo

No puedo explicar porqué, quizá el día de los enamorados….no lo sé pero acabo de acordarme del primer chico con el que salí.

Tenía yo 13 años y a el le supongo los mismos.
Siendo incapaz de acordarme de su nombre o de su cara, me intriga el motivo por el que recuerdo un anillo terrible que él me regaló. Tenía forma de hueso y era de algún metal de esos que ponen la piel de abajo negra pero me lo puse todos los días de ese verano.
La memoria es algo extraño, y lo que sí recuerdo con total claridad es la actitud de mi madre hacia el muchacho.

El día que me pidió que saliera con el, subí a casa emocionada a la hora de cenar, llevé a mi madre hasta la ventana del salón y señalándoselo le dije:

-Mira mamá el chico que está allí sentado con la camiseta blanca (el podía llegar a casa media hora después que yo) me ha pedido salir y le he dicho que sí.

Creo que esa fue la última vez que le conté a mi madre algo de mis rollos sentimentales, de alguna manera y a pesar de mi corta edad, me dí cuenta de que eso me podía traer más problemas que beneficios.

Se fue gritando a la cocina algo de que pronto empezaba y no sé que otras cosas más.

Mi madre es de un pequeño pueblo salmantino en el que, supongo que como en muchos otros lugares parecidos, todos tienen un mote. Comento esto para que entiendan que le cuesta poco trabajo renombrar, despectivamente casi siempre, objetos o personas cuando está enfadada o nerviosa.

Nunca me preguntó como se llamaba, creo que porque no le importaba en absoluto. Observó que era bajito y a partir de ese momento, y durante los dos meses que duró nuestra aventura, lo llamó “El Mengajo” supongo que es un palabro derivado de la contracción de mengano y canijo.

Por esa misma época, yo tenía una prenda de lana (comprada sin su consentimiento) que me llegaba a media pierna, con manga corta y fruncida a la que mi madre, que no consideraba aquello ni jersey ni vestido,  llamaba “El Gambeto”.

Ahora, muchos años después, me hace sonreir que ambos habiten, junto a algunas otras cosas, el mismo cajón en mi memoria.



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