lunes, julio 26, 2010

LA MALDICION DE SER CLIENTE DE OPENBANK

Soy cliente de OPENBANK desde el principio. Lo he visto crecer, convertirse en PATAGON y de nuevo en OPENBANK. Y....aunque no todo es perfecto el poder efecturar mis operaciones desde la oficina me ha compensado hasta hoy.

El problema llega cuando en el banco algo ha funcionado mal. Entonces te toca hablar con el Call Center. Al teleoperador no le han instruido en nada. El nada puede hacer pero....eso si, el sabe perfectamente que es lo que no puede hacer: "Ese no es su departamento, el no puede pasarte con la persona adecuada, tiene que volver a llamar, nosotros hacemos las cosas siempre así...."
Dá lo mismo si la equivocación la han cometido ellos, cosa de la que tienen constancia porque graban las llamadas no?, el que pringa siempre eres tú.

Entonces te cabreas y decides poner reclamaciones en la red a diestro y siniestro, (aunque solo sea para desfogarte un poco), y averiguas que ni siquiera tiene defensor del cliente como cualquier otra entidad bancaria. Solo un teléfono de reclamaciones; 901 22 32 42 y una dirección de correo; ayuda@openbank.es. Te pelotean durante un par de días de una a otra y al final todo lo que consigues es algo así:"Si, si, si, hemos tomado nota, pues... tendrá razón pero...aquí lo hacemos así siempre".

Ni que decir tiene que....núnca volverás a conseguir hablar con la señorita Silvia, aquella persona a la que le explicaste todo la primera vez, tendrás que llamar 100 veces, decirle las claves a cualquiera con el que te pasen y todas las veces que te las pidan y....aún así no conseguiras nada. Son como una pared contra la que te estrellas una vez tras otra. Sales de la oficina a fumarte un cigarrillo para tranquilizarte y acabas pensando que debes ser muy lerda para no conseguir que te entiendan y te atiendan. SI ESTAN ALLÍ PARA ESO!!!!!

Realmente no sabes ya si es culpa tuya o suya este estado de nervios en el que te encuentras pero....después de partir a mordiscos el talonario de OPENBANK estás valorando seriamente cancelar tus cuentas con esa entidad y pedir una cita con el psicólogo.